Según datos del Passivhaus Insitut, las casas pasivas consumen un 90% menos de energía que una casa normal, con el consecuente ahorro que esto supone. Y es que hablar de casas pasivas, es hacerlo de consumo. Más bien, de “consumo casi nulo” que será lo que no paréis de leer y escuchar cuando se nombra a estas viviendas passivhaus. Ya sabéis, que este estándar de construcción consigue, mediante el aislamiento y el diseño, que el consumo de energía se limite a la mínima expresión.
Ya sabéis que las casas pasivas son viviendas que tras cumplir un estándar de construcción concreto, funcionan con muy bajo consumo energético, se consigue un elevado confort interior, y presentan una eficiencia energética muy superior a la construcción tradicional.
Este estándar de construcción surgió en Alemania a principios de los 90 y se ha ido extendiendo paulatinamente por el resto del mundo convirtiéndose en una realidad ya presente en multitud de países, España incluido. Aunque, a diferencia de países como Alemania, Francia o Inglaterra, que cuentan con cientos de edificios certificados, en España apenas tenemos registradas sobre cincuenta edificaciones.
La clave de éxito de las casas pasivas es, sin duda, su alta eficiencia energética: consumen hasta diez veces menos que un hogar normal. Además, estas viviendas passivhaus son construcciones que en invierno son capaces de aprovechar al máximo la luz solar, manteniendo el calor recibido de esta fuente en el interior de la vivienda gracias a su altísimo aislamiento y a un sistema de ventilación específico que permite recuperar el calor.
En definitiva, cuando nos referimos a una casa pasiva no lo hacemos a un diseño arquitectónico específico, sino a una serie de normas energéticas que se pueden aplicar a cualquier construcción. Un diseño y estándares concretos que son fruto de un gran trabajo previo y de una cuidada ejecución. De hecho, ya podemos ver en Aragón algunos ejemplos de este tipo de viviendas Passivhaus. Ciudades y provincias como Zaragoza, Teruel o Huesca ya cuenta con algunos proyectos de este tipo. Y, sin ir más lejos, ya conocéis el proyecto de la casa pasiva de madera en Aragón en el que estamos inmersos en Jesfer en pleno pirineo aragonés (Fiscal) donde habéis podido comprobar la exigencia con la que se desarrollan este tipo de construcciones.
Podríamos resumir que el objetivo a cumplir con estas viviendas passivhaus es reducir al mínimo el consumo energético, a través de medidas pasivas, como el aislamiento o la orientación del edificio, manteniendo en el interior de las casas pasivas una temperatura confortable con un mínimo uso de sistemas de climatización. Para conseguir este objetivo y ser consideradas como tal, las casas pasivas deben cumplir cinco principios básicos de un diseño passivahaus: excelente aislamiento térmico, la colocación de ventanas y puertas de altas prestaciones, conseguir eliminar los puentes térmicos, contar con un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor y poseer un alto grado de estanqueidad. Planteamientos todos ellos encaminados a mantener el calor dentro de la vivienda evitando pérdidas de temperatura y principios que cumplen de manera estricta todas las casas Passivhaus.
Pero, ¿qué es indispensable para una vivienda sea realmente una casa pasiva? Un certificado que así lo corrobore emitido por el Passivhaus Institut. Conseguir la certificación passivhaus es el último paso para poder verificar que el edificio está construido bajo los estándares passivhaus. Es la única garantía de que el edificio se ajusta al cumplimento de los requisitos establecidos por el Passivhaus Institut. Es decir, obtener esta certificación passivhaus garantiza, mediante un ensayo y auditoría real y tangible, que se cumplen los principios básicos de un diseño passivhaus, y la construcción obtenida tiene las garantías y calidades esperadas.
Las casas pasivas, mayor ahorro energético
Una de las preguntas más frecuentes sobre casas pasivas es saber cuál es su coste. Para responder a esta pregunta tenemos que calcular los gastos a 20-30 años vista, ya que no solo hay que tener en cuenta el precio de construcción de una passivhaus, también debemos pensar en el ahorro energético que una casa pasiva nos aportará a largo plazo.
El precio de la construcción de una passivhaus es al de una casa convencional, dependiendo de la zona geográfica donde se ubique la edificación el coste de construcción puede ser un 10% superior y este porcentaje puede llegar a un 25% si la casa pasiva en algunos casos. No obstante, debemos tener en cuenta el ahorro energético de una casa pasiva frente a una casa convencional, ya que este ahorro puede llegar al 90%. De esta forma el coste extra en la construcción se verá compensado con la reducción de la factura energética a lo largo de la vida del edificio.
Vamos a ver un ejemplo de este ahorro en consumo energético a través de un sencillo gráfico.
Como veis en la imagen, el coste de construcción de la casa pasiva del ejemplo es de unos 143.000 euros frente a los 132.000 que supondría construir la casa de forma convencional. El gasto en consumo energético anual de la vivienda Passivhaus será de 150 euros al año frente a los 1.500 que tendríamos en la vivienda convencional. Así que, si calculamos el coste total en 30 años, vemos que la casa pasiva es mucho más rentable que una casa convencional.
Por eso, no debemos guiarnos únicamente por el precio de obra, sino que hay que tener en cuenta el ahorro energético que permite una vivienda passivhaus. Es importante conocer que construir una casa pasiva tiene algunos costes adicionales (por ejemplo, las ventanas de altas prestaciones, sistemas de aislamiento), pero hay que pensar que estos sistemas mejoran notablemente la calidad de vida dentro de la passivhaus consiguiendo reducir el consumo energético hasta en un 90%. Y, por supuesto, todo ello con la consiguiente disminución en el coste de las facturas energéticas futuras. Este ahorro energético ha sido comprobado a través de monitorización de consumos en condiciones reales, analizados en numerosos proyectos construidos bajo el estándar Passivhaus.