¿Cómo es la vida en una casa pasiva? ¿Cómo se afronta el invierno en una vivienda de estas características? Hoy hablamos con Albert Arpón, arquitecto y propietario de la primera casa pasiva de madera en Aragón, situada en Fiscal.
- ¿Por qué decidiste vivir en una casa pasiva?
A decir verdad no era nuestro planteamiento inicial, simplemente teníamos claro que queríamos una casa con estructura de madera y usando materiales ecológicos y el máximo de respetuosos con el medio ambiente posible; sí que es cierto que había leído algún artículo en alguna revista y me había interesado por el estándar passivhaus pero no fue hasta que contactamos con JESFER y empezamos a poner encima de la mesa las especificaciones que queríamos que tuviera nuestra casa que no tomamos la decisión en firme. Desde el primer momento el equipo de JESFER nos alentaron a tomar la decisión de optar por el estándar passivhaus; en ese sentido (y en muchos otros) les estamos muy agradecidos. Lógicamente primero realizamos un predimensionado de costes para ver si estaba dentro de nuestras posibilidades financieras ya que era el aspecto que mayor respeto nos hacía; cuanto al desafío técnico, a pesar de ser un reto para todos los integrantes del equipo de proyecto, confiábamos plenamente en las capacidades tanto del equipo de proyecto (vimworks) como de la oficina técnica de JESFER y del resto de intervinientes en el proceso de ejecución de la obra.
- Desde el punto de vista del usuario, ¿qué diferencias hay entre una casa pasiva y una vivienda tradicional?
Fundamentalmente es el confort interior que el usuario de una passivhaus experimenta gracias a su aislamiento térmico, acústico, hermeticidad, ausencia de puentes térmicos y una elevada calidad de aire interior. Junto a este aspecto, y no menos importante, destacaría el ahorro energético de una vivienda passivhaus frente a una vivienda “convencional” sumado a un sentido de responsabilidad medioambiental y de concienciación para nuestro hijo.
- ¿Es importante la localización a la hora de construir una vivienda de estas características?
Lo realmente importante es la orientación del edificio. En nuestro caso teníamos la suerte de poder disponer de una finca como un lienzo en blanco como punto de partida donde poder ubicar la casa en base a las condiciones óptimas de orientación; no siempre ello es posible y, en cuyo caso, hay que compensar una mala orientación con otras medidas compensatorias. En este primer año viviendo en la casa puedo confirmar que las ganancias solares en invierno desde el punto de vista térmico son espectaculares y muy gratificantes desde el punto de vista de confort y económico.
- Una casa pasiva supone, a la larga, un ahorro para el bolsillo. ¿Es mucha la diferencia? ¿Qué es lo que más se nota a corto plazo?
La diferencia económica entre optar por el estándar passivhaus respecto una casa “convencional” que cumpla la normativa vigente es, aproximadamente, entre un 10-15% superior para una vivienda unifamiliar aislada. Este incremento es, lógicamente, lo que primero se acusa cuando uno toma la decisión de una passivhaus. A partir de este incremento en la inversión inicial, a medida que transcurren los años (y el precio de los combustibles incrementan) la amortización dependerá de varios factores como, por ejemplo, la localización de la vivienda, el uso que se le haga, los ocupantes de la misma, el tipo de combustible y sistema de calefacción (si la hay), etc…
- En el día a día, ¿qué diferencias se pueden notar entre una casa así y una vivienda tradicional?
La diferencia principal es el CONFORT que un usuario de una passivhaus experimenta en el interior de la vivienda, tanto desde el punto de vista térmico como acústico y una elevada calidad de aire interior. A todo lo anterior debe añadirse el ahorro energético y, por ende, económico que el usuario de una passivhaus experimenta respecto a una casa “convencional”.
- Una de las cosas que más sorprende a los usuarios es que no haya necesidad de calefacción en estas casas. ¿Cómo habéis pasado el primer invierno en una localidad como Fiscal?
Cabe destacar que entramos a vivir al final del invierno de 2018 y que ése invierno fue muy severo cuanto a temperatura, nieve y ausencia de insolación se refiere, hasta el extremo de superar registros de nieve de más de 40 años en Fiscal. La prueba, no obstante, fue superada con éxito ya que toda la familia conseguimos estar muy confortables en casa en todo momento; para lograr ese confort recurrimos, principalmente, al uso de la estufa de leña que instalamos en el salón para los días (o inviernos) más severos como fue el caso. La batería de post-tratamiento que tenemos instalada en el recuperador de calor apenas la usamos, salvo para comprobar que funcionaba correctamente, ya que nos resulta más “hogareño” (y económico) el uso de la estufa de leña. Si se me permite el apunte, dependiendo de la zona climática de la vivienda passivhaus, sí resultará necesario alguna aportación de calefacción, aunque, lógicamente, ésta será siempre mucho menor (en términos de potencia Kw) que en el caso de una vivienda tradicional que “sólo” cumpla la normativa vigente.
- ¿Es un falso mito de las ‘passivhaus’ que no se puede abrir puertas ni ventanas?
Mito o no, dependerá de los hábitos de cada usuario; lo que sí puedo confirmar es que NO es necesario en absoluto abrir ventanas para ventilar puesto que la casa disfruta de una ventilación permanente. Dicho esto, ¿qué sentido tiene, pues, abrir las ventanas?: Ninguno.
En invierno sería incluso contraproducente abrir ventanas y permitir una fuga de temperatura del interior; en verano, en cambio, se puede practicar una estrategia de ventilación cruzada con las ventanas oscilo-batientes para refrescar la casa y evitar un posible sobrecalentamiento diurno de la casa. No obstante, el sistema de ventilación de doble flujo permite el by-pass, que consiste en insuflar aire fresco filtrado directamente del exterior sin intercambio con el aire más cálido del interior cuando la temperatura exterior es más baja que la interior y queremos refrescar la casa. Este mecanismo es adecuado para climas como el que tenemos en Fiscal, donde en las noches de verano la temperatura desciende agradablemente.
- ¿Recomendarías vivir en una casa así?
Por supuesto que sí!!!… De hecho, tengo la sensación que todo usuario de una casa pasiva se convierte de algún modo en embajador del estándar passivhaus. En nuestro caso en particular os puedo confirmar que casi 200 personas han visitado nuestra casa en este primer año… y a todos les ha convencido el estándar passivhaus. La difusión e información es importante si queremos que, en un futuro próximo, las personas disfruten de casas confortables, saludables, respetuosas con el medio ambiente y reduciendo el coste energético.
Albert Arpón
Arquitecto técnico, Project manager y consultor passivhaus
609.608.461 I albert.arpon@aparejadoreshuesca.com
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