La madera es uno de los materiales que más se ha utilizado a lo largo de la historia para construcción. Y es que, aunque el hormigón haya copado esta industria en las últimas décadas, lo cierto es que la madera ya se utilizaba hace siglos en diferentes proyectos que, con el paso del tiempo, han demostrado ser muy duraderos. Se trata de un material de origen natural que, además es sostenible y renovable. En los últimos tiempos el acero, el hormigón y el plástico, han sustituido en parte a la madera en el sector de la construcción. Y lo cierto es que, no existen materiales mejores que otros, sino que la elección de uno u otro dependerá del uso que se le vaya a dar y del objetivo a cumplir. Aunque es necesario aclarar que la madera, aunque como muchas personas creen, es un material con mucha durabilidad y que no se deteriora con facilidad. Es momento entonces, de dejar de pensar que las casas de madera son poco resistentes y duraderas y ponerlas en valor. Para que la madera dure en el tiempo, es importante tener en cuenta varios factores en cuanto al tratamiento de la madera que garantizará esa durabilidad.
- Elegir la especie de madera adecuada. No todos los tipos de madera tienen la misma durabilidad natural, es por ello que es importante elegir la madera adecuada en cada aplicación. La durabilidad de la madera también puede garantizarse mediante la aplicación de los tratamientos adecuados. También es importante seleccionar correctamente el tipo de madera, en función de su facilidad para admitir tratamientos, ya que hay maderas que son más impregnables que otras.
- Controlar la humedad. La madera es un material higroscópico, lo que significa que adapta su grado de humedad en función de la humedad del entorno que le rodea. La durabilidad de la madera es muy elevada, incluso en condiciones adversas para otros materiales, pero tiene una fuerte variabilidad en función de las condiciones ambientales, a mayor grado de humedad en la madera mayor riesgo de ataque. La madera puede durar siglos incluso en situaciones tan expuestas como enterrada en el suelo, o sumergida en agua, incluso en agua salada, si se selecciona correctamente el tipo de madera y se le aplica un tratamiento adecuado.
- Proteger la madera de agentes sol y lluvia. Los agentes atmosféricos pueden causar deterioro superficial en la madera. Por ello es conveniente proteger la superficie de la madera con imprimaciones tipo lasur a poro abierto, para aumentar su durabilidad. La madera desprovista de esta protección se degradará superficialmente, cambiando de coloración, primero se oscurece a tono marrón y posteriormente se volverá grisácea. El deterioro de la madera expuesta a la intemperie es muy lento, se estima que la profundidad afectada en un siglo de exposición es de solo 6mm. Por tanto, normalmente podremos recuperar el aspecto inicial de la madera mediante un lijado que elimine la capa degradada. No obstante, lo más recomendable es realizar un correcto mantenimiento, renovando periódicamente el lasur de protección, que incluye pigmentos que protegen a la madera de la radiación solar, evitando que se degrade y se mantenga sana y con buen aspecto.
- Proteger la madera de ataques de hongos e insectos. Como hemos visto es fundamental evitar siempre que sea posible que la madera alcance grados alto de humedad. Esto, junto con la aplicación del tratamiento de la madera protector a la madera adecuado a su tipo de uso, nos permiten garantizar su durabilidad, evitando que sea atacada por hongos o insectos
- Aplicar medidas constructivas de protección. Mediante un buen diseño constructivo se puede reducir considerablemente el riesgo de deterioro de la madera, y por tanto aumentar su durabilidad. Estas medidas contribuyen a evitar un aumento del contenido de humedad de la madera, a protegerla del sol, y a evitar que sea atacada por hongos o insectos. Como regla general la madera debe permanecer en el grado de humedad adecuado y ventilada. Así mismo es recomendable comprobar periódicamente que las medidas constructivas de protección no se deterioren, revisando por ejemplo la ausencia de goteras y humedad en los muros.
En Jesfer llevamos más de tres décadas trabajando con madera, y garantizar la durabilidad de la misma es nuestro compromiso. Para ello nuestros diseños incorporan medidas preventivas constructivas de protección. Además, disponemos de nuestra propia planta de tratamientos, en la cual aplicamos producto protector en profundidad en nuestros productos, mediante máquina autoclave. Este proceso de tratamiento en nuestra está auditado y certificado por Tecnalia, mediante la Marca de Calidad Madera Tratada, lo cual nos permite garantizar la eficacia de nuestro tratamiento y la durabilidad de nuestros productos. Complementariamente al tratamiento en profundidad, aplicamos imprimación con lasur en la madera, en tono personalizado según preferencia del cliente, lo cual resalta la belleza natural de la madera y la protege del agua y de la radiación solar.
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